miércoles, 27 de enero de 2016

Reflexiones sobre las diferencias de edad


Resumen: Mediante una reflexión desde la psicología evolucionista, se plantean las diferentes estrategias en la elección de pareja, pasando de la parte biológica a la parte cultural, como sucede en los casos de parejas jóvenes con hombres o mujeres maduros.

En el 2009, se estrenó la serie de televisión familia moderna, en donde muestran la estructura y funcionamiento de tres familias estadounidenses. Una de ellas es la familia de Gloria y Jay, es un matrimonio compuesto por una mujer joven y un hombre maduro. Si bien es cierto que las distancias y asimetrías en las relaciones de pareja separan a sus miembros tarde o temprano, cualquier variable podría marcar distancia en el afianzamiento, continuidad o ruptura de la misma.
La complejidad en la composición de las parejas las hace únicas y al mismo tiempo iguales en tanto que las parejas felices e infelices también tienen aspectos parecidos en lo funcional y en lo disfuncional.
El conocimiento de las neurociencias nos permiten precisar que el amor se encuentra en el cerebro (neocortex), aquí se encuentra el lugar del pensamiento. Si, en la estructura límbica, el amor es placer y deseo sexual, su conexión con el neocortex hace que además aparezcan sentimientos y deseos de compromiso para establecer los vínculos familiares o afectivos.
Por otro lado, algunas de las variables que unen en un primer momento a las parejas son: los instintos, las diferencias, las personas que nos resultan extrañas o misteriosas, el misterio se asocia a la novedad y la novedad al neurotransmisor del amor la dopamina, las semejanzas, el trato continuo, las relaciones prohibidas, los obstáculos en la relación (efecto Romeo y Julieta), la belleza o atracción física, la equidad, la proximidad, la interacción, la simple exposición, la complementariedad, la compañía, la pasión, el erotismo, el deseo de compromiso, la idealización, las fantasías, la amistad, la intimidad, el olor del otro, los parcialismos, nuestras necesidades: sociales, espirituales, afectivas, económicas, de personalidad, el propósito de formar posteriormente una familia, el sentirnos solos, o incluso la edad. No es lo mismo, el hecho de encontrar pareja a los 30, que a los 40, o los 50, nuestro cerebro toma decisiones de manera inconsciente. 




¿Importa la edad en el amor?
Cada vez es más común ver a parejas que no coinciden cronológicamente, sino emocionalmente. Cada relación es única e irrepetible y cada una de ellas tiene puntos a favor y en contra como cualquier otra.
Algunos especialistas señalan que en ambos se presentan necesidades psicológicas de las cuales no se tienen consciencia. Han señalado por ejemplo, el hecho “de buscar en el otro la satisfacción de las necesidades propias”, pero esto se presenta en casi todas las parejas: “que el otro me haga feliz”.
Ambas parejas tienen en común que el atractivo físico y la atracción sexual no es lo fundamental.
En contra para ambos, es que la sociedad aún no rompe los tabúes de ver a una mujer joven y a un hombre maduro. Y, es más estigmatizado ver a las mujeres mayores con hombres jóvenes.
En contra para ambos, es que algunos especialistas las describen como relaciones de Edipo (conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres) o de Electra no resueltas. O sea que ambos presentarían necesidades psicológicas no resueltas, en donde vemos en la pareja al padre o a la madre que nos hizo falta en la infancia. Sin embargo, podría ser solo un mito dado que como cualquier pareja pueden hacer sinergia para crecer y compartir metas comunes y actuar de manera más independiente como cualquier otra pareja.
Los ciclos de convivencia pueden ir de los 4 a los 7 años, para continuar o terminar el vínculo.
Las parejas jóvenes ven en la pareja mayor: personalidad, sabiduría o superioridad cultural, poder, experiencia, protección y seguridad. Influyen también en el rejuvenecimiento de la pareja o aseñorándose no en el sentido negativo, sino aprovechando la madurez de la otra persona para entender su entorno. El enamoramiento femenino generalmente tiende más a la fusión que a la pasión masculina.
Las parejas maduras ven en la pareja más joven: más que la atracción del puro terreno sexual, compartir lo emocional, los logros y proyectos de vida. Es importante destacar que en el mundo de la evolución en la elección de pareja todo lo que hacemos está hecho por y para ellas. Y, en función de cómo actuamos con ellas podemos ser desechados o elegidos.
Estas uniones tienden a fracasar si el vínculo de apego es solo el sexo o el paternalismo a través de la protección de la otra persona y no se presenta el crecimiento de ambos en las áreas en donde se conocieron o no construyen nuevos proyectos juntos. Sin embargo, eso también sucede en parejas sin diferencia de edades.



Desde nuestro punto de vista, el éxito de este tipo de relaciones es tener una actitud positiva hacia la otra persona y entender que el proceso cronológico de vida es distinto en ambos y si las necesidades psicológicas las cargan y resuelven cada uno de los miembros, la relación podrá vivirse plenamente con estos considerandos. 
Una relación de esta naturaleza, más que obedecer a patrones biológicos de supervivencia de la especie (apareamiento, renovación mejorada y mejorable de la especie y reproducción) se debe a la cultura, que es en términos evolutivos todo aquello que no hacemos por instinto, todo aquello que tenemos que aprender (ir a la escuela, leer, escuchar música o comprar ropa). Aunque en algunos casos existe la posibilidad de traer descendencia también.


Sin embargo, es muy importante resaltar que generalmente: “ellas son las que terminan eligiendo”. Y, su escala no necesariamente contempla los rasgos instintivos considerando rasgos simétricos de belleza física, sino toman en cuenta aspectos relacionados con la cultura como el comportamiento, la experiencia, ser buen amante, trabajador, inteligente, tener hábitos de salud sanos, ser simpático y con buen humor, entre otras características suman en la posibilidad de emparejarse.

jueves, 14 de enero de 2016

EL KARMA EN LAS RELACIONES DE PAREJA


Si fuiste infiel o mentiste en algún momento a tu pareja, ten cuidado, porque con eso que se llama “karma” todo se puede revertir. ¿Te interesa saber cómo influye en el amor este concepto y cómo se vincula? El violar leyes de convivencia de pareja, tiene mucho que ver.

 “¿Qué he hecho yo para merecer esto? Si has dicho alguna vez o has escuchado alguna frase similar a esta, todo tiene una explicación: el karma.
El término parece ser muy complejo en su significado. Según lo define el psicólogo Paúl Martínez “es la ley de acción y reacción en la filosofía hindú”. Dice que se puede tener un “karma bueno” o un “karma malo”, y solo tiene sentido si se “reencarna”, ya que cada ser humano lo trae de vidas pasadas a la actual.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver este concepto en las relaciones de pareja?

Según la explicación que  nos brinda el Sr. Paúl Martínez , es que el amor es uno de los más altos sentimientos en el ser humano que anhela la búsqueda del alma gemela; una vez lo encuentra, tiende a mostrar su karma “purificado” y obvio, lo más esperado es que se comprendan.
Sucede que con el afán de encontrar esa media naranja, se enlazan con seres con los que su karma “no se ha trabajado”  es decir, “no son para nada compatibles”  ni en vida pasada ni en la actual. Es cuando te encuentras con cualquier individuo y donde surgen los problemas, los fracasos y las desilusiones que existen hoy en día. Como dice el psicólogo, se da especialmente porque optan por el llamado “amor de deseo instintivo”. Es decir, se busca pareja por simple atracción de deseo físico.



Y aunque, según la filosofía hindú, como todo ser humano que está en búsqueda de pareja, tiende a encontrarse en el camino con seres con los cuales se relacionan sexualmente, emocionalmente, pero cuando la relación “es un desastre”. Es lo que el psicólogo llama “choque de karmas”.

A lo mejor te preguntas si es inevitable vivir el karma en la relación de pareja. Según lo explicado anteriormente por el psicólogo, “sí, es inevitable”.
Lo que suele pasar es que cuando estableces una relación, te asimilas con el karma de tu pareja. Según Martínez, puede pasar que tu karma es tal que arrastras a la pareja al karma tuyo por los vínculos que se generan. O como bien dicen otros expertos, “el karma se interpreta como una “ley cósmica” de causa y efecto, las acciones “buenas o malas” del pasado repercuten en el presente y futuro de las personas, como una deuda que se paga poco a  poco, y si las malas acciones no se subsanan con otras buenas, la deuda se acumula.
Por poner un pequeño y típico ejemplo: si tu ex te recrimina que no eras detallista y cariñosa/o, como él/ella, ahora que estás con otra pareja ya no eres tú quien tiene esas carencias, sino él/ella. Y es evidente que a ti te molesta, y empieza el conflicto.

 Martínez,  insiste en el punto: el karma “es la consecuencia de la violación o armonización con las leyes naturales que rigen el universo”. Si violas esas leyes, entonces viene la sanción cósmica, y aquí viene esa paga a la que nos referimos en el párrafo anterior.
Si lo aplicas a la pareja: un hombre que te miente, que te es infiel o viceversa, “viola leyes de convivencia de pareja”. El psicólogo explica: “Este hombre crea karma, el cual en esta vida o la otra lo perseguirá, y hasta que salde la deuda adquirida él también vivirá las mismas consecuencias de aquellos a los que hizo sufrir por acciones deshonestas”, advierte.




El antídoto al que debes aspirar para que en esta vida las cosas estén mejor y no tengas que lamentarte por lo que tienes o no tienes, puede ser este:

Lo primero que debes hacer, antes de pedir al universo la pareja ideal para ti, es pensar en uno de los tipos de amores que cataloga Martínez: el “amor cerebral”, es decir, pensar, medir, no dejarte llevar a la primera, ver intereses intelectuales y espirituales comunes. Habla de cuatro tipos de amor en los que se basan las relaciones de pareja, y en cuál puedes centrarte.

Si el “amor místico” te llega serás muy afortunado, y explica que es porque son “almas maduras”, por decirlo así. El karma está purificado por acciones “buenas” del pasado. La relación florece, y hay mucha comprensión en pareja, familia e hijos.

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