Los verdaderos ángeles son aquellas personas que aparecen de la nada y dan luz a nuestra vida. Personas sensibles hechas de pureza que hacen todo con el corazón y que, aun tienen su alma llena de cicatrices, contribuyen a hacer más bonito nuestro trayecto.
Porque ser sensible no es una manera de ser, es una manera de vivir y de compartir camino empoderándonos a través de los sentimientos y de las emociones tanto propias como ajenas. No faltará quien critique la sensibilidad, quien asuma que este rasgo es signo de debilidad y no vea que en él radica nuestra fortaleza.
Las personas sensibles lo saben, las emociones son muchas veces castigadas. Nos hacen creer que sentir nos hace menos eficaces, fuertes y capaces a la hora de tomar decisiones y de caminar por la vida. Nos hacen creer que somos vulnerables y que la sensibilidad es sinónimo de ineficacia.
Somos un
globo de emociones en un mundo de alfileres. Nos transformamos, muchas veces, en emociones y sentimientos. Ellos nos dan forma, nos caracterizan y, a la vez, nos hacen pagar un alto precio.
Nuestras inquietudes, nuestras emociones y nuestra forma de sentir inflan nuestro globo. Luego están los alfileres, los cuales pinchan nuestro globo y esparcen nuestras emociones, haciendo que la explosión provoque muchas veces una ruptura traumática e irreparable.
Afortunadamente esto ha comenzado a cambiar y nuestra parte emocional es cada vez más valorada y, sobre todo, más cuidada. Esto nos ayuda a sumar a nuestro crecimiento y, con ello, dar validez a nuestro mundo interior.
Ser personas sensibles y generosas, la clave de la felicidad
Según un estudio publicado en la revista Emotion, los actos de generosidad y la sensibilidad hacia los demás hacen que nos sintamos mejor. Katherine Nelson, experta y autora del estudio, declara que:
“Cuando solo nos ocupamos de nosotros, no constatamos ninguna mejorar en nuestras emociones”
Este hecho es muy importante puesto que a menudo se anima a la gente a darse pequeños caprichos para sentirse mejor, pero los resultados del estudio sugieren que lo mejor que podemos hacer es complacer a alguien.
Relaciones afectivas con las personas altamente sensibles
(PAS)
Porque, si hay algo que nos hace mejorar y escalar nuestra montaña con sencillez, es la bondad. Porque ser buena persona es la única inversión que nunca quiebra y siempre enriquece, tanto a uno mismo como al mundo.
El único signo de superioridad que conozco es la bondad.